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23 agosto, 2023Al igual que en humanos, el cáncer en perros es uno de los padecimientos más temidos pues, a diferencia de otras enfermedades, en sus etapas tempranas puede ser imposible de detectar, lo que con frecuencia nos coloca ante procesos tan avanzados que limitan casi por completo las alternativas de acción. Como dueños responsables, es nuestro deber estar alerta ante cualquier indicio y contar con información para, en caso necesario, proceder de manera oportuna a brindar a nuestro perro el mejor nivel de calidad de vida posible.
TIPOS DE CÁNCER MÁS COMUNES EN PERROS
Se estima que uno de cada cuatro perros desarrollará alguna forma de cáncer a lo largo de su vida y la proporción se eleva a cinco de cada diez en el caso de canes con más de 11 años de edad.
Los factores que pueden influir en el desarrollo de cáncer son muchos y muy diversos. Condiciones medioambientales como la exposición a radiación ultravioleta, humo, smog, pesticidas y químicos; podrían favorecer la formación de tumores. De igual manera, y aunque se conoce poco sobre los aspectos específicos del cáncer en perros, el amplio conocimiento que se tiene acerca de sus manifestaciones en humanos permite inferir que la genética y la edad constituyen también factores determinantes para su formación.
Existen diversos tipos de cáncer en perros y algunos razas parecen registrar mayor riesgo de incidencia. Entre los más comunes están el linfoma (nodos linfáticos), osteosarcoma (huesos y articulaciones), cáncer de piel y de mama. Algunos tipos, si son detectados y atendidos a tiempo, tienen alta probabilidad de ser curados o, al menos, neutralizados.
Existe incluso un tipo de cáncer denominado “Tumor venéreo transmisible canino” (TVT), cuyo origen se ha rastreado hasta Asia, hace unos 6 mil años y el cual, a diferencia de otros tipos de cáncer, puede contagiarse mediante el contacto sexual.
INDICIOS Y PROCEDIMIENTOS DE DIAGNÓSTICO
Como en muchos otros padecimientos, las señales de cáncer en perros y humanos pueden resultar muy semejantes; sin embargo, factores como el pelaje abundante o la dificultad para interpretar indicios, provocan que el desarrollo de la enfermedad resulte casi imposible de diagnosticar en sus etapas más tempranas.
La Sociedad Veterinaria para el Cáncer, recomienda a los dueños someter al can a chequeos veterinarios por lo menos dos veces al año y mantenerse atentos ante la aparición de síntomas como:
- Inflamación del abdomen.
- Sangrados sin causa aparente.
- Dificultad para respirar.
- Dificultad para ingerir alimentos.
- Ronchas, abultamientos o enrojecimiento.
- Heridas que no sanan adecuadamente.
- Diarrea o vómito persistente.
- Cambios repentinos en el peso.
- Fiebre, apatía o dolor inexplicables.
- Tumoraciones visibles o palpables.
Aún sin evidencia concluyente, ante cualquier variación inexplicable en el carácter o la conducta del perro, lo más aconsejable será acudir al veterinario para despejar cualquier duda y, en caso de un diagnóstico positivo, iniciar oportunamente con procedimientos orientados a erradicar o neutralizar el padecimiento.
Una primera instancia de diagnóstico consistirá en análisis sanguíneos para, en caso de detectar evidencia, pasar a procedimientos más complejos que involucran el uso de rayos X, ultrasonido o resonancia magnética. También es común la práctica de biopsias, o toma de muestras de tejido, que permitirán analizar de manera directa la zona afectada.
VÍAS DE ATENCIÓN
La quimioterapia, la radioterapia y la cirugía se cuentan entre las opciones de tratamiento que, dependiendo del tipo y grado de avance de la enfermedad, pueden resultar eficaces para neutralizar o incluso proporcionar una cura. El estudio Identifying Candidate Druggable Targets in Canine Cancer Cell Lines Using Whole-Exome Sequencing (Identificación de Candidatos a Objetivos en líneas Celulares Cancerosas en Canes Utilizando Secuenciación de Exoma Completo), realizado por la Universidad de Colorado y la Universidad Estatal de Colorado, enfocado en la identificación de patrones genéticos que permitan ampliar el uso veterinario de medicamentos formulados para pacientes humanos, arroja una nueva luz de esperanza.
Ante un diagnóstico de cáncer, reducir el dolor e incrementar el confort del perro se convertirá en un objetivo primordial. A la par de los analgésicos alópatas convencionales, muchos de éstos asociados a un amplio espectro de efectos secundarios, han surgido nuevos productos elaborados a base de la planta de la cannabis que ofrecen alternativas seguras y eficaces para reducir el dolor y malestar general derivados del cáncer y su proceso de tratamiento.
La composición de los productos para uso veterinario elaborados a partir de la planta de la cannabis difiere de la de sus homólogos para uso humano, especialmente en el contenido de THC, agente psicoactivo de uso recreativo y potencialmente tóxico para animales y el cual, en el caso de los bálsamos, aceites, comprimidos y bebidas formulados para perros, no excede el .3%, lo que los convierte en una opción totalmente segura para uso animal.
El cáncer en perros es una enfermedad que evoluciona de manera gradual y, sin los cuidados adecuados, incrementa progresivamente las molestias; propiciando además un quebranto psicológico, caracterizado por fuertes sentimientos de culpa en el dueño. La práctica veterinaria ofrece vías de atención que contribuyen a mantener la esperanza y que, con el cariño y los paliativos adecuados, le evitarán a tu perro un camino innecesariamente tortuoso.