Función cardiovascular

Uno de cada diez perros desarrolla una condición relacionada a la función cardiovascular. En el ámbito de la atención veterinaria es cada vez es más común lidiar con infartos y arritmias propiciados por factores que, en muchos casos, se relacionan estrechamente con las condiciones de la vida moderna. Afortunadamente, tenemos a nuestra disposición una variedad de recursos y estrategias para prevenir o, en su caso, atender de la manera más eficaz posible al nuestro perro.

Padecimientos del sistema cardiovascular canino

El sistema cardiovascular de los perros -al igual que el de cualquier otro mamífero- incluye el corazón, venas y arterias que conducen nutrientes y oxígeno al resto del cuerpo, contribuyendo así de manera directa a mantener una función celular saludable. Es uno de los sistemas más complejos y su óptima función depende de condiciones internas y externas que conforman un delicado equilibrio. El peso, la dieta y la edad se cuentan entre los principales factores determinantes de la aparición y agravamiento de problemas como enfermedades del corazón, hipertensión y desórdenes vasculares diversos.

Indicios de afecciones cardiovasculares en perros

Existen razas como el Gran Danés, Dóberman y Poodle miniatura, que presentan una mayor predisposición a desarrollar afecciones de tipo cardiovascular. En casos así, se recomienda un seguimiento más cercano de aquellos factores que pudieran incidir en la manifestación de una condición que amerite la intervención del veterinario.

Identificar los síntomas de una afección cardiovascular canina supone una tarea compleja, dado que sus causas pueden involucrar factores tan diversos como el ejercicio, la condición física, la respiración, el pulso cardiaco, la inflamación abdominal, el apetito y el peso.

Las revisiones realizadas por profesionales calificados, la mejora en los hábitos y el uso de productos naturales, pueden alejar a tu perro del riesgo de desarrollar una afección cardiovascular.

Ser responsables de la salud de un perro nos lleva a convertirnos en detectives, observadores y atentos ante cualquier indicio que pudiera revelar una condición preexistente o un síntoma de nueva aparición. Algunas de las señales que, de presentarse de manera reiterada, deberían ser tomadas en cuenta para llevar a nuestro perro al veterinario son:

  • Pulso elevado.
  • Alteraciones en los patrones de respiración
  • Debilidad general.
  • Dificultad para desplazarse.
  • Tos persistente.
  • Desmayos.
A pesar de que existe información abundante, publicada por fuentes acreditadas, es el veterinario la única instancia acreditada para valorar al can y emitir un diagnóstico. Ante cualquier señal será imprescindible someter al perro a una valoración completa que permita establecer la ruta de acción más apropiada.

Otros enfoques de atención

Un enfoque integral para la reducción de riesgos de enfermedades cardiovasculares en perros consistirá en monitorear y gestionar los múltiples factores que pueden intervenir en su aparición, desarrollo y agravamiento. La reducción de estrés y ansiedad, el diseño de una dieta adecuada y la práctica asidua de ejercicio; son solo algunos de los aspectos en que requieren de nuestra intervención para brindar al can las condiciones más saludables para su desarrollo.

Las formulaciones de aceites, comprimidos y bebidas formulados a base de componentes benéficos de la planta de la cannabis y específicamente diseñadas para perros, constituyen una ayuda de gran eficacia para mitigar altos niveles de estrés y ansiedad que puedan influir en el desarrollo de alguna afección cardiovascular. Los extractos cannábicos utilizados no producen efectos psicoactivos, pues contienen una cantidad de THC -elemento psicoactivo- inferior al .3%; demasiado escasa como para producir efectos nocivos en perros. En contraste, Ofrece los múltiples beneficios veterinarios atribuidos al cannabidiol o, por sus siglas, CBD.

Investigadores de la Universidad de Harvard, en su reporte Get Healthy, Get a Dog (Mantente Saludable, Ten un Perro), afirman que podría existir una correlación significativa entre el riesgo de padecer un ataque cardíaco y la convivencia con un can. Las causas aún se desconocen, pero se ha identificado que el pulso en dueños de perros es más lento y estable, con respecto a aquellos sujetos que no conviven de manera habitual con canes; lo cual puede reducir el riesgo de una accidente o condición cardiovascular ¿No deberíamos corresponder su generosidad desinteresada con la misma dedicación y entrega?