Epilepsia y convulsiones
Las convulsiones constituyen padecimientos comunes en perros. De acuerdo a estimaciones, tan solo la epilepsia idiopática afecta al 1% de la especie a nivel mundial. Se desconoce su origen y aparece gradualmente en forma de ataques de intensidad y duración variables. Las convulsiones mal atendidas pueden no solo mermar de manera considerable la calidad de vida del can, sino, en casos extremos, constituir un riesgo potencial para su bienestar neurológico y su vida.
Un síntoma impredecible y esquivo
Los ataques de epilepsia en perros se presentan como pérdida temporal del control muscular, con indicios variables como salivación, expulsión de orina y heces. A nivel neurológico, la convulsión se asocia con una alteración de la función cerebral, principalmente a nivel de la corteza, observable mediante procedimientos de imagen diagnóstica como el electroencefalograma o la tomografía axial computarizada.
Hasta hoy se conoce poco acerca de su funcionamiento en perros; sin embargo, se ha establecido que, más que tratarse de una enfermedad en sí, las convulsiones constituyen síntomas cuyas causas resultan aún difíciles de explicar, pero que podrían relacionarse con factores tan diversos como herencia, fallas en hígado y riñones, tumores y contusiones.
Más allá de su apariencia violenta y de la ansiedad que pueden generar, se considera que las convulsiones no son dolorosas y no suponen -al menos por sí mismas- algún tipo de peligro; sin embargo, ante su aparición resultará imperativo revisar las condiciones del entorno para asegurar que no existan elementos que supongan algún riesgo para la integridad física del can.
Como regla general, la aparición de convulsiones consecutivas y con duración superior a cinco minutos -evento denominado "estatus epiléptico"- puede considerarse un riesgo potencial de daño neurológico irreversible, por lo que cualquier incidencia reiterada requerirá de atención por parte de un veterinario, quien realizará exámenes de sangre y orina para, en una primera instancia, precisar el diagnóstico y descartar otros factores.
Estadísticamente se ha observado que las razas consideradas “puras” presentan mayor probabilidad de incidencia de epilepsia idiopática. Border Collie y Pastor Australiano parecen ser razas particularmente propensas a la ocurrencia de convulsiones, por lo que se recomienda a sus dueños obtener información de fuentes acreditadas, que les permita evaluar oportunamente cualquier posible indicio.
Alternativas de tratamiento
Las vías más comunes para tratar cuadros de convulsiones recurrentes en perros consisten en la administración de fenobarbital y bromuro de potasio; los cuales, una vez indicados, deberán suministrarse por el resto de la vida pues, de lo contrario, existirá de nuevo el riesgo de incremento en la frecuencia, duración e intensidad de las convulsiones. A pesar de su eficacia en el tratamiento de las convulsiones, tanto el fenobarbital como el bromuro de potasio producen efectos secundarios como vómitos, rigidez y dermatitis; por lo que menguarán significativamente la calidad de vida del can.
Los bálsamos, comprimidos, aceites y bebidas elaborados con planta de la cannabis son 100% naturales y han demostrado ser sumamente útiles y eficaces como complemento terapéutico en perros con epilepsia. Las variedades genéticas usadas para elaborar estas formulaciones no producen efectos psicoactivos, pues contienen una proporción marginal de THC (ingrediente que produce sensaciones de atontamiento) y una cantidad significativa de cannabidiol, componente al que se atribuyen múltiples beneficios veterinarios.
Resultados científicos alentadores
Estudios recientes, como el titulado Reduction in Seizures for Dogs with Epilepsy (Reducción de Convulsiones en Perros con Epilepsia), realizado entre 2016 y 2017 por investigadores de la Universidad Estatal de Colorado, demuestran que la administración dosificada de productos derivados de la planta de la cannabis -principalmente a base de aceites orales- puede realizar una enorme contribución a la reducción y control de ataques epilépticos en perros.
En el experimento, realizado durante 24 semanas con 16 perros que presentaban antecedentes de ataques epilépticos, y durante el cual recibieron un tratamiento oral, a base de aceite con CBD (uno de los principales componentes benéficos de la planta de la cannabis), al menos un 89% registró una reducción en la frecuencia de los ataques.
Como "prometedores y excitantes", refiere la Doctora Stephanie McGrath, neuróloga en el hospital de enseñanza veterinaria James L. Voss, de la Universidad Estatal de Colorado, los resultados publicados en la revista Journal of the American Veterinary Medical Association (Revista de la Asociación Veterinaria de América), apenas en mayo de 2019.
Acompañamiento natural y responsable
Los productos a base de planta de la cannabis especialmente formulados para tu perro no producirán efectos de intoxicación o atontamiento por lo que, durante su aplicación, contarás con la tranquilidad de saber que ofreces a tu leal compañero los mejores medios para incrementar el potencial de éxito en el trayecto hacia el pleno restablecimiento de su equilibrio neurológico.