Estrés y ansiedad

Con su desfile interminable de estímulos y el frenético correr del tiempo, somos víctimas voluntarias de la vida en las grandes ciudades. Muchos de quienes, por elección, participamos de una rutina que nos coloca constantemente en la cuerda floja del equilibrio emocional, rara vez somos conscientes de que nuestros perros, sin haber tenido opción, también están expuestos y son potencialmente vulnerables a manifestaciones variables de ansiedad y estrés para los que, desafortunadamente, los fármacos y procedimientos disponibles no siempre funcionan con la eficacia deseada.

Síntomas de estrés y ansiedad en perros

El estrés en perros puede tener causas muy diversas. Incluso situaciones consideradas como emocionalmente positivas pueden generar reacciones que se manifestarán en forma de ansiedad. Independientemente del factor detonante, es imperativo tener en cuenta que la salud emocional de un perro requiere de atención permanente para prevenir o corregir cuadros que, por indiferencia o falta de conocimientos, puedan tornarse progresivamente difíciles de manejar.

Como dueños, la primera responsabilidad para valorar posibles indicios de estrés en nuestros perros es obtener información de fuentes acreditadas; así, contaremos con un marco referencial que nos facilite interpretar con enfoque preventivo cualquier modificación inexplicable en su comportamiento.

El Manual Veterinario de Merck, recurso de referencia obligada que se actualiza año con año desde 1955, enumera en su apartado sobre comportamiento animal manifestaciones que, al menos en una primera instancia, facilitarán la valoración ante un posible cuadro de ansiedad y estrés en tu perro:

  • Imposibilidad de controlar la orina cuando se emociona.
  • Falta de respuesta a estímulos previamente aprendidos.
  • Respuestas emocionales repentinas, desproporcionadas o impredecibles.
  • Retraimiento.
  • Alteraciones en sus ciclos digestivos.
  • Temblor y jadeo excesivos.
El fenómeno conocido como ansiedad por separación, atribuido al abandono -no necesariamente voluntario- de un perro por períodos prolongados, es una de las afecciones emocionales derivadas de la vida moderna más comunes en canes. Se acentúa en razas particularmente apegadas a la compañía humana como Labrador, Border Collie y Pastor Alemán, entre otros, y puede agravarse por eventos en apariencia insignificantes como revisiones médicas, visitas a la estética, convivencia con otros perros o gatos, altos niveles de ruido o demasiada gente “invadiendo” su espacio vital.

Para combatir la ansiedad y el estrés en tu perro

Ante la imposibilidad de brindar a nuestro perro suficiente tiempo de calidad y compañía, existen vías de acción que, a partir de la combinación de una variedad de enfoques, rutinas y productos, permitirán mitigar el estado de ansiedad del perro, brindándole la tranquilidad y comodidad que requiere.

Antes de correr a tu tienda favorita para colmarlo de juguetes y bocadillos o acudir al veterinario para obtener una solución por la vía farmacéutica, considera asignar un tiempo fijo al día para caminar, hacer ejercicio y jugar. Bien aprovechados, aún los períodos relativamente cortos pueden ser tan efectivos como los paseos prolongados y harán una enorme diferencia en la salud emocional de tu perro.

La planta de la cannabis, a la cual se le reconocen múltiples beneficios, constituye un calmante natural y seguro que puede brindar excelentes resultados para mitigar padecimientos como la ansiedad por separación o el estrés derivado de la permanencia prolongada en espacios como patios o apartamentos pequeños. Además, la planta de la cannabis no produce efectos psicoactivos, pues contiene una cantidad marginal (menos de .3%) de THC. Formulados específicamente para uso veterinario, los bálsamos, aceites, comprimidos y bebidas con CBD -el componente benéfico de la cannabis- se presentan como los nuevos mejores aliados de dueños que valoran y se preocupan por el bienestar emocional y la salud general de sus perros.

Perros: espejo vivo de nuestras emociones

En un proceso de empatía conocido como contagio emocional y ampliamente documentado en los resultados publicados en la revista Frontiers in Psychology, por el equipo de investigación liderado por Maki Katayama, se ha demostrado que los perros son afectados por los estados emocionales humanos; así, un dueño ansioso o estresado contagiará su inquietud a su perro, por lo que un tratamiento para reducir su ansiedad deberá iniciar con la identificación y neutralización de nuestros propios factores de estrés.

En un mundo saturado de estímulos, tenemos la responsabilidad de determinar el nivel de calidad de vida de nuestros perros. Tú eres la persona en quien más confía; corresponde su empatía y apego con el uso de productos seguros, diseñados específicamente para brindarle la tranquilidad, serenidad y relajación que requiere.